Se mira en el espejo, el reflejo que proporciona es el de una chica pálida, de cabellos castaños, ojos café surcados de ojeras y una delgadez que es producto de sus mismos demonios.
Ha olvidado sonreír, aunque tiene una preciosa sonrisa lleva tiempo que no la muestra, porque no encuentra motivos o como me gusta decirle porque encuentra demasiadas excusas para autocompadecerse, aunque la autocompasión la mata más que todos los cigarrillos que fuma.
Hoy me viene a ver, ataviada en un abrigo y unas botas rojas llama a mi puerta con la máscara de ojos difuminada, como viene a ser de costumbre desde que él se marchara y sus demonios ganaran la batalla.
Ha olvidado sonreír, aunque tiene una preciosa sonrisa lleva tiempo que no la muestra, porque no encuentra motivos o como me gusta decirle porque encuentra demasiadas excusas para autocompadecerse, aunque la autocompasión la mata más que todos los cigarrillos que fuma.
Hoy me viene a ver, ataviada en un abrigo y unas botas rojas llama a mi puerta con la máscara de ojos difuminada, como viene a ser de costumbre desde que él se marchara y sus demonios ganaran la batalla.
Hoy vuelve a llorar sobre mi hombro y yo, si os soy sincera, la echaba de menos, hacía semanas que no contestaba a mis llamadas y temía lo peor.
Ella es mi persona, nos conocimos estudiando periodismo, profesión que ha dejado de lado desde su crisis.
La tengo aquí. Me mira e intenta balbucear que siente la situación que ya no puede más que todo se va al traste.
Hoy he decidido que la voy a llevar a mi lugar favorito de toda la ciudad. Quiero que levante la mirada, deje de llorar y se deje transportar por la belleza de las pequeñas cosas.
Y aquí estamos, en el pequeño mirador cubierto de árboles desde donde podemos ver la belleza de la gran ciudad donde vivimos.
Cae el sol. Los colores rojo y naranja pintan el cielo y ella observa, atentamente, como el atardecer embellece la ciudad.
Y después de mucho tiempo, por vez primera la veo sonreír y no sabéis lo feliz que me hace esa sonrisa sincera que ha provocado este atardecer.
Porque lo bello que tiene esta vida son los pequeños momentos. Esa sonrisa y ese atardecer.
Pararía el tiempo por quedarme ahí. Con ella. Como siempre. Juntas.
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