Ese día...

Me levanté de la cama y lo vi a mi lado, no recordaba que había pasado, no recordaba nada de aquella extraña y loca noche. Cogí mi ropa y sin hacer ruido desaparecí de esa preciosa habitación. Me vestí y huí con una nota en su pequeña mesilla de nota: "No sé que nos pasó, pero ha sido una noche maravillosa, esto no cambia mi opinión. Me encantas cuando duermes. Un beso de esos que te gustan tanto. Tu reflejo en ese tejado." Le dejé la nota y me fui intentando recordar que había hecho el día anterior. Llegué a mi casa y me metí en la ducha. Debajo de las gotas de agua que resbalaban sobre mí, empecé a recordar. Era tarde y había discutido con él, me presenté en esa fiesta de la que tanto hablaban y de la que tanto hablaba él. Cuando me vio le cambió la cara, no sabía que hacer, me acercé a un grupillo de chicas que lo miraban y empecé a escuchar sus comentarios: "Qué guapo que es..." una suspiró. La otra le dijo "Cuidado tiene dueña y es una celosa de mucho cuidado". Empecé a hacer ruiditos con la boca y todas se giraron, de repente me reconocieron, una se acercó a mi y me dijo "Lo siento tía, no sabíamos que estabas aquí, vigilalo se está acercando mucho a Hannah.". No le contesté y me fui directa hacía él y le grité. No recuerdo que le grité, ya iba con copas de más, solo recuerdo que salí corriendo de la fiesta llorando. Hasta ahí recordé. No recordé más de aquella escenita que le monté por la noche. Cuando salí de la ducha, me vestí y me dispuse a ir otra vez a su casa a pedirle perdón y explicaciones. Caminando por la calle, fui pensando mi explicación más lógica para explicarle mi comportamiento. Pero todo era ilógico. Llamé a su puerta y me abrió su hermana, la que me indicó que estaba en su habitación. Subí las escaleras y entré en la habitación sin llamar. "Explícame que pasó anoche, por favor." Él me besó en los labios y se acercó lo más posible a mí y me susurró en el oído. "Nada anoche no pasó nada, yo te amo y eso no cambia nada" Lo volví a besar y empecé a llorar. No sabía porque lloraba, y porque me había comportado de esa manera. Él me abrazó y empezó a explicarme lo que sucedió... Después de que saliera llorando, él fue detrás de mi y me dijo que no tenía nada con Hannah, que la única en su vida era yo. Yo le besé y nos fuimos a su casa. Lo que sucedió después ya lo recordaba. Le susurré que quería pasar la vida con él y él me contestó que lo haríamos. Que lo nuestro sería para siempre. Que seríamos uno, que nos fundiríamos en una única sombra y que seríamos ese reflejo en el tejado.