Corre

Salté la valla y busqué el lugar más alejado y escondido entre los edificios. Me escondí en un portal alejado del centro del complejo de residencias. Estaba exhausta y muerta de miedo. Huía de esas personas vestidas de negro que llevaban unas armas más largas que mi brazo.
Habían aparecido hacía dos días desde que el gobierno cayó, mataron a Susan, nuestra presidenta, de un tiro en la cabeza, y sus ministros fueron recluídos como rehénes en la sede de la presidencia. Después abordaron las calles y todo el mundo colaboró, pero hubo un altercado con mi familia. E intentamos huir hacía las fronteras con nuestro districto más cercano, pero esos hombres corrían más que nosotros y nos alcanzaron en un abrir y cerrar de ojos.
Nos retuvieron en un lugar lugúbre, parecía un sótano, vi unas escaleras y se lo dije a mi padre muy flojo en el oído, él intentó ir hacia ellas cuando un hombre de negro lo cogió y aunque cerré los ojos con todas mis fuerzas, pude oler la sangre que salía de su sien después de que le dispararan. Mi madre al ver el brutal asesinato de mi madre, con una mezcla de dolor y rabia se lanzó hacia ellos, haciendo que me dejaran libre y diciendome antes de su muerte que escapara y que me salvara. Y eso hice mientras ellos mataban a mi madre con un movimiento casi mecánico, y cuando vieron que intentaba huir fueron a por mí. Pero conseguí correr más rápido antes de encontrarme con esa valla. Ahora me encuentro aquí, escondida, llorando entre sollozos, revistas rotas y páginas de libros arrancados. Intentando huir para salvar mi propia vida cuando ya la han perdido las personas que más me han importado, aquellas que me la dieron.Creo que estoy a salvo, salgo un poco del portal, cuando de repente ese hombre, el que mató a mis padres, él, viene hacía mi con una sonrisa de malicia, y empuñando un arma que no había visto nunca en mi vida. Sé que esto es el final, pero debo hacer lo que mi madre me dijo: correr. Empiezo a correr pero de repente algo me para, un ruido muy fuerte parecido al de un tiro me invade, y una terrible oscuridad me rodea. Al fin ha llegado mi muerte, y me dejo ir hacia la luz brillante que sustituye a toda la oscuridad que antaño me rodeaba, siento una paz infinita y espero seguir así, porque si es cierto todo lo que dicen, me reuniré pronto con mis padres. Pero de repente escucho esa voz, es preciosa y a la vez irritable voz. "¿también tiene que estar en mi muerte?", pienso, aunque él ya me lo dijo que me acompañaría hasta el fin de mi mundo y ahora está aquí cumpliendo su maldita promesa. Voy caminando hacia su voz como hipnotizada y de repente dejo de sentir esa paz que me rodeaba y vuelve esa terrible oscuridad.
Despierto en la cama de un hospital, y Carlos, el dueño de la voz está a mi lado, agarrandome la mano y cuando me ve despertar, empieza a hablar con esa dulce, preciosa e irritable voz que me había librado de morir:
- Princesa, no me has esperado.- Empieza con un tono más enfadado- Te prometí que hasta el fin del mundo y te ibas a ir sin mí. -Me besa en la frente como si fuera una niña. Y me susurra.- No lo vuelvas a hacer, mi niña.
-¿Estamos a salvo?- Solo logro preguntarle.
- Sí, estamos en el nuevo districto y tú estás bien.- Me besa en los labios- Yo también te quiero, eh amor.
De repente le devuelvo el beso y me lo acerco más a mí:
-Me has sacado de mi paz eterna, espero que sea para algo bonito, cariño. Y que correr haya servido para algo.
-Ya verás que todo esto valdrá la pena.
Yo no lo veo tan claro, correr solo me ha servido para separarme de mis padres que ahora ya no estarán jamás a mi lado, pero también me ha servido para reencontrarme con Carlos, puede ser que dentro de unos años cuando supere todo y esté estable con Carlos vuelva a casa y recoja la parte de mi vida que abandoné por una terrible carrera. Y reconstruya mis recuerdos de mi vida anterior y pueda formar una nueva con él, después de todo...