No soy quién tú crees, ni la que te hize creer, no soy aquella que susurraba a tu oído que te amaba y que no podía vivir sin ti, no soy aquella a la que rompiste el corazón en mil pedazos y a la que le dijiste que no merecía ser feliz. No soy aquella que tú recuerdas, esa niña que soñaba con finales felices y que creía cada palabra de tu preciosa y despreciable boca. No soy más el muñeco de tus ju...
egos sucios, de tus desahogos, no ya no lo soy. La próxima vez que me mires a los ojos no encontrarás más que mi pequeña esencia, mi yo. No encontrarás dolor en mi mirada ni resentimiento. No me sentiré culpable de haberte dejado marchar. No seré esa persona que se arrastra ante ti. Ya no lo seré. No esperes a aquella que te amó, porque no volverá. No volverá y te arrepentirás de haberme dejado marchar, porque no encontrarás a aquella pequeña princesita que pensabas que era yo, esa niña que te amaba ciegamente y que ahora ha abierto los ojos y ve que se encaprichó de unos ojos y una boca embusteros pero que amaban como nunca. No me encontrarás más. Me dejaste perder y este es tu gran premio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario